Vivo en un país donde el gobierno acuerda consigo mismo para hacer lo que le toca.
Frente al motín —me robo la palabra de Héctor Aguilar Camín— de estos días por el gasolinazo, el gobierno organizó un evento —utilizaré un eufemismo— raro.
Se presentó el Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar.
Tal vez soy quisquilloso, pero ¿no es esa la labor de cualquier gobierno? Es decir, ¿hay algún gobierno democrático cuya meta sea debilitar la economía y desproteger la economía familiar? Si tuvieron que acordarlo ahora, ¿qué andaban haciendo antes?
El contenido del acuerdo de cuatro páginas me provoca las mismas preguntas.
Pongo un ejemplo: En uno de los “ejes” del acuerdo, los sectores hacen compromisos: “El sector empresarial a través de sus organizaciones
asume el compromiso de coadyuvar a que no se incurra en un incremento indiscriminado de precios de bienes y servicios…”.
“El sector laboral se compromete a intensificar los procesos de productividad que permitan incrementar la competitividad”.
“El sector del campo se compromete a trabajar en la mejora de la productividad del campo en beneficio de los pequeños y medianos productores y de la oferta nacional agroalimentaria”.
“El sector gubernamental se compromete a impulsar las acciones que permitan mantener la estabilidad de los precios de la canasta básica, así como vigilar y sancionar cualquier abuso en los términos de ley. A modernizar el transporte público y facilitar la movilidad urbana. A mejorar las condiciones de crédito a través de la Banca de Desarrollo y a emprender las medidas que fomenten la inclusión laboral de los grupos vulnerables”.
¿Cómo? ¿No son todas esas acciones que ya estaban haciendo? ¿Que debían estar haciendo desde hace años? ¿No era parte de su actividad cotidiana mejorar, impulsar, incrementar y demás acciones terminadas con “ar”?
Todo esto en un evento con aroma a los 80. Aunque no tanto.
Aún no terminaba el anuncio cuando la Coparmex dijo que ellos no firmaban porque era un acuerdo “improvisado, incompleto e insuficiente”. Graco Ramírez, presidente de la Conago dijo que a los gobernadores ni siquiera les habían enseñado el texto. O sea, el gobierno firmó un acuerdo consigo mismo y con algunos líderes sindicales que, puede ser, estuvieran en aquellos pactos de los 80.
Mala cosa cuando el 2017 arranca como 1988, pero región 4.
Twitter: @puigcarlos