La declaración del domingo de Donald Trump sobre las deportaciones de inmigrantes indocumentados con antecedentes penales en Estados Unidos nos ha metido en una discusión un poco absurda sobre cómo lidiar con esas deportaciones, con expresiones desde el gobierno relativas a que esa política ya existía desde la administración de Obama, cosa que es medianamente cierta.
No, el problema no es la deportación directa, sino las expulsiones. Los inmigrantes que pronto encontrarán su vida en Estados Unidos insoportable y cruzarán la frontera de regreso a México voluntariamente.
En el sitio web del equipo de transición están las medidas que planea el nuevo presidente Trump. Ninguna de las medidas es nueva, son lo que vienen planteando muchos conservadores hace años, pero juntas pueden provocar un infierno para nuestros connacionales.
Cito:
“La administración Trump cumplirá con el siguiente plan de diez puntos para restaurar la integridad de nuestro sistema de inmigración, proteger nuestras comunidades y poner a los Estados Unidos en primer lugar:
1. Construir un muro en la frontera sur.
2. Terminar la política de ‘captura y liberación’.
3. Tolerancia cero para extranjeros criminales.
4. Bloquear fondos para ‘ciudades santuario’.
5. Cancelar órdenes ejecutivas (decretos) inconstitucionales y hacer cumplir todas las leyes de inmigración.
6. Suspender la expedición de visados en cualquier lugar donde no se pueda realizar una selección adecuada.
7. Asegurar que otros países reciban a sus connacionales cuando los ordenamos deportados.
8. Por fin, completar el sistema biométrico de seguimiento de visados de entrada y salida.
9. Desactivar el imán de empleos y beneficios para indocumentados.
10. Reforma de la inmigración legal para servir a los mejores intereses de América y sus trabajadores”.
Con ambas Cámaras en poder de republicanos, todos entregados a Trump y su movimiento, nada de lo que proponen es difícil de pasar y otras cosas tienen que ver, solo, con la voluntad de Trump.
A los deportados de cárceles, que ya causaban problema en la frontera, habrá que agregar a los que regresarán por la imposibilidad de vivir sin miedo.
Frente a eso es que el gobierno tendría que reaccionar. Con urgencia.
Twitter: @puigcarlos
