Desde Chilapa, en Guerrero, donde hace unos días mataron al candidato del PRI a la alcaldía, ayer nuestro corresponsal nos envió el siguiente despacho: “Supuestos policías comunitarios originarios de 30 comunidades indígenas instalaron retenes en las entradas y patrullan las colonias de esta población con el argumento de que desmantelarán a los grupos del crimen organizado que se disputan el control de Chilapa. A 24 horas de la incursión que se registró la tarde del sábado 9 de mayo, hombres con el rostro cubierto con pasamontañas y pedazos de tela, armados con pistolas y rifles de diferentes calibres dialogaron directamente con los mandos policiacos y militares.
“Entre la tarde y noche del sábado, los civiles que se asumen como policías comunitarios detuvieron a diez presuntos informantes de Los Rojos, los maniataron y llevaron hacia la plaza central, pero en el transcurso de la madrugada los liberaron.Reconocieron que colaboraban con esa gente. Nosotros hablamos con ellos y sus familias, les dijimos que la mayoría son chamacos que todavía están a tiempo de retomar el buen camino y trabajar bien; se comprometieron a dejar esa vida y nosotros los liberamos”, declaró uno de los representantes.
Los 40 policías municipales están acuartelados y fueron desarmados los “comunitarios”. Nadie sabe dónde está el alcalde. El alcalde José Francisco García no está en el lugar, sus colaboradores aseguran que viajó hacia el Distrito Federal (DF) y que ignoran cuándo regresará.
Chilapa, a unos 60 kilómetros de Chilpancingo, está en el centro de un territorio que los grupos delincuenciales se disputan desde hace años. El gobierno federal tiene reportes no concluyentes de presuntos lazos de su presidente municipal con Los Rojos.
Chilapa es una buena muestra de Guerrero hoy, a unas semanas de las elecciones.
Seguramente el 7 de junio habrá baja participación electoral con resultados influidos por el crimen organizado y alcaldes electos que recibirán muy pronto amenazas de Rojos y Guerreros Unidos.
La división de la izquierda, con tres candidatos, ha abierto la puerta de la gubernatura al priisimo.
La pregunta es si alguien en el gobierno federal está pensando en el 8 de junio. Solo una intervención decisiva de la mano de quien gane la gubernatura podrá dar algo de esperanza a un estado que hoy nadie gobierna y no parece importarle a muchos.
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