El primer escarceo de precandidatos presidenciales entre Miguel Ángel Osorio y Margarita Zavala, con la rara intervención del ex presidente Calderón que conté ayer, adelanta lo que debe ser un tema fundamental en la ruta y la discusión rumbo a 2018: la violencia, los homicidios.
Aunque por desgracia el tema se ha “normalizado” en la opinión pública, las tendencias del año pasado y de este nos ponen en camino y cada vez más cerca de llegar a los peores números del sexenio pasado.
Leo en Animal Político un análisis de José Merino y Carolina Torreblanca de Data4 que revela varias cosas a partir de cruzar datos. Entre otras, que la violencia homicida se ha mudado:
Cito: “Encontramos que hay tres grupos de municipios que tienen tres distintas trayectorias de violencia desde el 2011. El primer grupo está conformado por mil 369 municipios de los 2 mil 20 que disminuyeron sus niveles de violencia entre 2011 y 2012. Estos han mantenido niveles de violencia similares o más bajos desde el 2011. El segundo grupo está compuesto por 407 municipios que entre 2014 y 2015 tuvieron un aumento muy significativo de su tasa de homicidios. Finalmente un tercer grupo de 244 municipios se despegó del resto en nivel de violencia en 2016 y regresó a niveles que tenían en 2011.
“Los 407 municipios empujaron el primer repunte de violencia. Aunque son solo el 16.6% de los 2 mil 457 municipios del país, estos 407 municipios concentran a 27.2 millones de personas, o 22.4% de la población nacional. Municipios como Culiacán, Monterrey, Chilpancingo, Querétaro, San Miguel de Allende, Puebla y Poza Rica de Hidalgo se encuentran en este grupo. En 2011 estos 407 municipios eran responsables por el 25% de todos los homicidios con armas de fuego; en 2012 estos municipios fueron responsables tan solo por el 18.5% de los homicidios con armas de fuego; pero para 2015 repuntaron hasta lograr ser responsables por el 31% de todos los homicidios con armas de fuego en la nación. Es un resurgimiento respecto a nuestro año más violento, cierto, pero también, y de manera más relevante, una reconcentración”.
Tal vez lo primero es relacionar estas mudanzas con acciones u omisiones concretas de ambos gobiernos: programas de prevención, movilización de federales y Ejército, rutas de droga, capacidad de policías locales… qué sé yo. Cumplimos una década acumulando violencia. Y la cosa no mejora. Hora de ponernos serios.
Twitter: @puigcarlos