Política

Unidad y distensión

Hizo bien el Presidente al llamar ayer a la unidad, no en torno a él o su gobierno, sino de la ya centenaria Constitución.

Unidad, se entiende, para honrar los principios esenciales de la República.

Desde que comenzaron a levantarse voces en favor de la unidad me disgustaron las que han puesto a Enrique Peña Nieto en el centro, por más que sea él quien encarne la representación de los intereses nacionales.

“No me ayudes, compadre”, ha de pensar (o debiera), entre otras razones por lo repugnante y contraproducente que ha sido en el mundo el culto a la personalidad.

Si de estar al centro se tratara, ya lo está en el del extremo contrario a la lambisconería: en la sucia práctica de los linchamientos a cargo de “periodistas críticos” y “políticos profesionales”, inútiles todos para revertir las reformas estructurales, la vuelta del subsidio a la gasolina o, mediante el torpedeo, neutralizar el peligroso efecto Trump.

Bien los llamados a la unidad, pero faltan los que apunten al respeto a la ley y la despresurización de los enconos, los odios y las descalificaciones a lo güey...

cmarin@milenio.com

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Carlos Marín
  • Carlos Marín
  • cmarin@milenio.com
  • Periodista con 55 años de trayectoria, autor del libro Manual de periodismo, escribe de lunes a viernes su columna "El asalto a la razón" y conduce el programa del mismo nombre en Milenio Televisión
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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