De Miguel Medina Pederzini y Sergio Israel Eguren, los protagonistas de un bochornoso escándalo por una probable conducta deleznable, la embajadora de México en Brasil, Beatriz Paredes, dijo ayer en radio a Joaquín Lopez-Dóriga:
“Para nosotros, son compatriotas respetables que merecen toda la protección consular. No analizamos la filiación política. Ellos argumentan que son inocentes y estamos brindando toda la protección (...). Su comportamiento es su responsabilidad”.
Y el jefe de ambos en la demarcación Benito Juárez, Jorge Romero Herrera, aseguró en el mismo espacio:
“El consulado está solicitando la orden de libertad de ellos, porque dicen tener pruebas suficientes de que estaban en una trifulca (...). La postura del consulado es defenderlos, y en este caso lo está haciendo, porque no hay pruebas contundentes en su contra…”.
Haiga sido como haiga sido, Medina y Eguren fueron exhibidos ya cuales mochaorejas atrapados in fraganti, pero el gobierno mexicano está solicitando su liberación al brasileño.
Los proclives al acarreo de leña, pues, no deben apresurarse…
