Cultura

La grandeza de la lengua española

Ahora que tanto se habla de líneas rojas en política internacional, en ataques con bombas no atómicas y con misiles a cientos de kilómetros, hablemos de nuestras líneas rojas, las de la gente que nos dedicamos a la escritura, a expresarnos a través de la palabra escrita. Sí, porque hay una palabra escrita y otra coloquial, aunque sea la misma. Hay un matiz muy importante antes del establecimiento de reglas: debemos estar orgullosos de nuestro idioma, del español que forma parte del orbe hispano. Las diversas academias existentes en el mundo hispano se reúnen y deciden, construyen y reforman el diccionario, la gramática y vigilan para que no se crucen las líneas rojas. El lema es que uno puede platicar desde las diversas modalidades dialectales, pero la escritura es única para todos.

Pensemos que hay cerca de 560 millones de personas que hablan español en el mundo. Un total de 141 millones de mexicanos lo emplean y más de 41 millones de personas lo tienen como idioma nativo en Estados Unidos; le siguen Colombia, con 48; España con 47; Argentina con 42, sin olvidarnos de Perú, Venezuela, Chile, Ecuador, Guatemala, Bolivia, Cuba, etcétera, hasta llegar a Guinea Ecuatorial, Marruecos y a muchos países del mundo. En la época del Gobierno de Felipe González nació el Instituto Cervantes, con sede central en Madrid y hoy ubicado en más de cuarenta países. Allí, profesores abnegados enseñan un español rico, junto al personal que se dedica a la divulgación de la cultura hispanoamericana. Durante varios años tuve el orgullo de ser director de uno de ellos, en Fez, una emblemática ciudad de Marruecos.

Que nadie piense hoy día que el habla es más perfecta en Valladolid o Salamanca. Cualquier habla hispana suena fantástica y enriquece el lenguaje. ¡Qué bien suena oír a un canario, a un andaluz, a un chileno o a un mexicano! Y qué me dicen de los argentinos o de los cubanos. Esa es la grandeza del español, su variedad y su riqueza, la invención de vocablos que finalmente acaban regulados en el diccionario de la RAE. Cuando veo esas construcciones escritas del tipo “Nos estamos viendo mañana” en lugar de “Nos veremos mañana” y barbaridades así, de influencia anglosajona, me dan ganas de llorar. Hasta los músicos han puesto el grito en el cielo por la intrascendencia de las letras de las canciones. No le demos patadas a nuestra lengua, cuidémosla con la lectura de nuestros clásicos y no me refiero sólo a Cervantes, sino a Fuentes, García Márquez, Borges, Carpentier y a todos los demás.

arodriguezj15@gmail.com

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Antonio Rodríguez Jiménez
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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