La administración Trump planea flexibilizar las reglas sobre los préstamos pequeños a corto plazo, lo que abre el camino para que los bancos en Estados Unidos (EU) vayan por decenas de millones de familias en este país y que batallan para llegar a fin de mes.
Los bancos históricamente rehuyen a ofrecer préstamos sin garantía a consumidores con problemas de liquidez, quejándose de que las duras reglas de aseguramiento y la publicidad negativa de otorgar préstamos con tasas de interés anuales muy altas hacen que el negocio presente más problemas de lo que vale.
El miércoles pasado, Joseph Otting, jefe de la Oficina de Contralor de la Moneda de EU, dijo que los estándares podrían relajarse para permitir a los bancos conceder préstamos pequeños, de entre 500 y 5,000 dólares, por periodos de 45 a 90 días.
Los grupos de cabildeo de los grandes bancos pidieron mayor flexibilidad a los reguladores, con el argumento de que los consumidores vulnerables se ven obligados a recurrir a prestamistas de pago garantizado y casas de empeño, que generalmente ofrecen protecciones más ligeras en contra de prácticas abusivas y depredadoras.
“Si podemos lograr que la gente regrese al mercado regulado, eso será mejor para ellos y para la economía”, mencionó Otting, durante una conferencia que organizó la Asociación de Banqueros Estadounidenses.
La medida señala un cambio con respecto a la administración anterior, que en 2013 pidió a los bancos eliminar una forma de préstamos a corto plazo conocidos como “anticipos de depósito”, que normalmente se pagaban por medio del siguiente cheque del salario del solicitante. Los grandes bancos regionales como US Bancorp, Regions Financial y Fifth Third eran particularmente activos.
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Otting, exdirector ejecutivo de OneWest Bank y aliado del secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, es regulador ordinario de bancos nacionales como Wells Fargo, Bank of America y JPMorgan Chase. También es miembro de la Junta de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), otro regulador bancario, e integrante con derecho a voto del Consejo de Supervisión para la Estabilidad Financiera.
El miércoles pasado ofreció pocos detalles sobre sus planes, pero subrayó que quería alentar a los bancos a ofrecer préstamos a plazos en lugar de créditos que se aseguran con el sueldo o anticipos de depósitos. Con los préstamos a plazos, los solicitantes realizan una serie de pagos fijos hasta que se cubra totalmente el saldo. La institución de crédito cobra intereses en lugar de una tarifa única.
[OBJECT]El mercado de préstamos de consumo no garantizados creció rápidamente en los últimos años, ya que los salarios se estancaron, mientras que los costos de única ocasión, como las facturas médicas, aumentaron constantemente. Una encuesta que realizó el año pasado la Reserva Federal de EU encontró que casi la mitad de las familias estadounidenses no podían cubrir un gasto de emergencia de 400 dólares sin pedir prestado o vender algo para hacerlo.
Los prestamistas en línea inundaron el área, dirigiéndose a los consumidores con una baja calificación de crédito o sin calificación. Mientras que algunos grandes empleadores ofrecieron alternativas para cerrar la diferencia entre los ingresos y los gastos.
Walmart, por ejemplo, se asoció con una firma fintech de nombre PayActiv para permitir a sus 1.4 millones de empleados de EU obtener los salarios que ya ganaron pero aún no reciben.
Todd Baker, ex banquero que ahora maneja Broadmoor, una firma de consultoría, dijo que los préstamos de sumas pequeñas que ofrecen los bancos no van a resolver el problema fundamental de un pago bajo e irregular. Pero señaló que los consumidores generalmente están mejor protegidos de las prácticas abusivas y engañosas, si evitan las tiendas que cambian los cheques por efectivo y las licorerías. “Las personas de bajos ingresos necesitan liquidez. Es mejor que ocurra dentro de un banco regulado, que fuera de él”.
