Familiares del pastor Josmar Flores Pereira, quien en 2009 anunció el secuestro de un vuelo de Aeroméxico en Cancún, dijeron que temen que sea deportado a Bolivia, su país de origen, luego de que un Tribunal ordenó su excarcelación fue llevado a un centro del Instituto de Migración en Cuernavaca.
El martes pasado el Cuarto Tribunal Unitario de Circuito Penal estableció una pena de cuatro años de tratamiento psiquiátrico a Josmar –debido a que mostró alteraciones mentales-- y cerró el caso.
Sin embargo, dejó en manos del Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial de Ayala, Morelos la decisión de mantener el tratamiento psiquiátrico y definir si lo hará en un hospital o en su casa. Finalmente se optó por turnarlo al Instituto Nacional de Migración.
Elisa Melgar, esposa del predicador, quien viajó de Cancún a Morelos para encontrarse con su marido, dijo que Flores Pereira nunca se nacionalizó como mexicano, a pesar de que ella lo hizo y registró en el país a sus tres hijos.
La mujer dijo que como su esposo no salía preguntó y por la noche le informaron que el Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial, habían iniciado trámites para enviarlo a la estación de Migración en Cuernavaca la noche del jueves.
El boliviano fue detenido el 9 de septiembre de 2009, luego de que durante el vuelo de Aeroméxico de Cancún al Distrito Federal, anunció a la tripulación, poco antes del aterrizaje que tenía en su poder una bomba que explotaría si no llamaban a los medios de comunicación.
Cuando fue detenido, Josmar declaró que su propósito era llamar la atención pública y pedir al presidente Felipe Calderón –quien a la sazón gobernaba-- un llamado de unión a los mexicanos, "porque está próximo un terremoto que devastaría a la ciudad de México."
El pastor en realidad no llevaba la anunciada bomba, sino dos latas de refresco y dos focos envueltos en calcetines y papel metálico. Pero su anuncio sembró el pánico en la tripulación y el pasaje, pues tras amenazar a la tripulación, tomó un altavoz y lo anunció desde el frente del avión.
Al ser procesado, preso en el Reclusorio Oriente, fue condenado dos ocasiones a más de siete años de prisión por secuestro y ataque a las vías generales de comunicación. Las dos veces apeló. Las últimas solicitó y obtuvo amparo.
Finalmente el Cuarto Tribunal Colegiado del Primer Circuito en el Distrito Federal, lo declaró enfermo mental e inimputable de delito y recomendó internarlo para rehabilitación psiquiátrica.
La sentencia de la causa 420/2013 estableció también que la estadía de cuatro años bajo tratamiento, fue cumplida y debía ser excarcelado, salvo la opinión del Centro Federal de Rehabilitación.
La misma resolución concedió amparo a Josmar y el Cuarto Tribunal determinó que la sentencia debía contarse a partir de su captura en 2009 y no desde 2012, cuando fue declarado inimputable. La sentencia de siete años en el Reclusorio Oriente, fue anulada.
