Cerca de 300 mil personas procedente de diferentes estados del país y acompañadas con sus hijos marcharon del Auditorio Nacional al Ángel de la Independencia para pedir a las autoridades la protección de la familia tradicional.
Otros más a favor del matrimonio gay se reunieron en las inmediaciones del Ángel. Aquí algunas de sus historias.
Quiero que mis hijos aprendan a defender los derechos de la familia
María Elena, viene del sur de la Ciudad de México, está acompañada por su esposo, su hijo y amigos.
"Yo vengo a marchar a favor de la familia", dice, "también vengo por mis hijos y con mi esposo porque queremos que desde chiquitos aprendan a proteger los derechos de la familia".
Me preocupa la educación de los niños
Adolfo Medina marcha porque está "preocupado por la educación de los niños de México".
Asegura que la manifestación representa el inmenso sentir de una mayoría de mexicanos que quieren que sus hijos se "desarrollen sanamente, en un entrono natural y en trono a los valores que los papás quieren para nuestros hijos y no los de la ONU".
Él asegura que detrás de la ideología de género está Naciones Unidas, quien quiere imponer su visión de que "la naturaleza no importa, que no importa si naces hombre o mujer, que no importa si quieres ser hombre y al otro día mujer".
Discursos contra el odio
Entre la marcha contra el matrimonio gay, un grupo de personas sostiene pancartas con la leyenda: "Soy católico, soy gay. ¡Quiero platicar contigo!".
Uno de esos jóvenes dice que son un grupo heterogéneo de amigos, "que estamos protestando en contra del las dos posturas que se han polarizado".
Para él, ambos grupos están generando discursos de odio, que pueden generar discriminación.
Cuidamos a las futuras generaciones
Marchamos porque "cuidamos a las futuras generaciones", dice un joven que baila con sus sobrinos al ritmo de Marc Anthony.
Él viene de Morelia, su hermana y sobrinos de Guanajuato, y su mamá de Orizaba.
"Estamos aquí porque aparte es una convivencia familiar muy padre, porque la familia tiene otro rostro, es el rostro de la unidad (...) son tiempos esperanzadores", comentó antes de seguir bailando.
Los que descansan para continuar con la manifestación
Ana María, de 51 años, descansa con su esposo, su hermana y unos cuántos manifestantes más en una de las bancas sobre Reforma, antes de llegar a La Diana.
"Venimos a defender a la familia, por nuestros hijos", dice la mujer que viene desde Atizapán.
Dice que sólo están tomando un descanso, pero llegaran hasta el Ángel "porque estamos defendiendo el derecho a la familia.
Los que vienen solos
"A mí nadie me convocó, yo vine porque quise", dice Hilda, de 83 años y quien camina con bastón.
"Vine a marchar por la familia (...) mi hija no quiso, mi hijo tampoco, pero yo sí", comenta mientras avanza sola frente al Lago de Chapultepec.
Sobre los homosexuales opina que "pueden vivir como quieran", pero ella está a favor de la familia tradicional.
Niños y bebés también marchan
Francisco, de la Ciudad de México, marcha con su esposa y sus tres hijas, entre ellas una bebé de no más de 2 años.
"Venimos porque estamos a favor de la familia", comentó.
"Vienen las niñas porque es un valor cívico, la forma de que ellas vean cómo nos manifestamos por lo que creemos", asegura.
Con información de Rosalía Solís y Adriana Cobos
JASR
