La guerrilla de las FARC destruyó voluntariamente 620 kilogramos de sus explosivos y municiones, a la vez que anunció que declarará todos sus bienes ante el gobierno colombiano como un acto de buena fe en su camino a dejar las armas y convertirse en un partido político.
"Conforme a lo establecido en el acuerdo final, procederemos a la reparación material de las víctimas en el marco de las medidas de reparación integral", informó el grupo rebelde en un comunicado.
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El gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, la principal y más antigua guerrilla de América, firmaron el lunes en Cartagena un acuerdo de paz que busca superar un conflicto armado de más de medio siglo y que para entrar en vigor deberá ser aprobado por los colombianos en un plebiscito el domingo.
La declaración de los bienes se llevará a cabo durante el proceso de dejación de armas de los rebeldes, que tendrán hasta 180 días para su desarme contados a partir del 26 de septiembre, fecha de la firma del acuerdo final.
Para la reparación, los insurgentes van "a declarar ante el gobierno los recursos monetarios y no monetarios que han venido conformando nuestra economía de guerra", añadió el grupo.
En el comunicado, las marxistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), alzadas en armas contra el Estado en 1964 tras una sublevación campesina, sostuvieron que "por razones de ética política" los recursos por inventariar "nunca hicieron ni hacen parte de patrimonios individuales".
"Las FARC-EP declaran desde ahora mismo que no cuentan con recursos monetarios ni no monetarios adicionales a los que van a ser declarados durante el proceso de dejación de armas", agregó.
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La reparación a las víctimas, uno de los pedidos principales de varios sectores de la sociedad colombiana, fue establecida en el acuerdo de paz e incluye actos simbólicos y reparaciones materiales. Hasta ahora, las FARC habían descartado tener los recursos económicos para hacerlo debido a que sostenían que los destinaban para el funcionamiento de su aparato militar.
Colombia vive un conflicto armado que ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas, paramilitares y la fuerza pública, con un saldo de unos 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
ACJ