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Un Partenón hecho de libros prohibidos en la historia

La construcción monumental de la artista argentina Marta Minujín da la bienvenida a la exposición Documenta, en Kassel, Alemania, que se inaugura este sábado



Este templo no preside la Acrópolis de Atenas sino la ciudad alemana de Kassel. Sus columnas no son de mármol, sino de libros prohibidos en el pasado en algún lugar del mundo, todo un alegato de la artista argentina Marta Minujín contra la censura.

El Partenón de los Libros, una instalación artística monumental, se perfila como la principal atracción de Documenta, la prestigiosa cita de arte contemporáneo que se celebra cada cinco años desde 1955 en Kassel, y que se inaugura este sábado.

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La obra de la artista plástica argentina reina en una de las principales plazas de esta ciudad del centro de Alemania, tiene exactamente la misma dimensión que el Partenón: 70 metros de largo por 31 metros de ancho y 10 metros de alto, y se vuelve un símbolo estremecedor al erigirse en el mismo sitio donde en 1933 los soldados nazis quemaron las obras de autores judíos y marxistas.

[OBJECT]Marta Minujín, una rubia platinada de 74 años, emblema del pop-art en Sudamérica, la considera su creación “más política”.

Diecinueve estudiantes de la universidad de Kassel elaboraron la lista minuciosa de los libros prohibidos. Un trabajo colosal: 70 mil obras desde “la reforma protestante hace 500 años, pasando por la Sudáfrica bajo el apartheid”, detalla el historiador del arte Florian Gassner.

Fueron seleccionadas 170 títulos para integrar el Partenón. La artista Marta Minujín hizo un llamamiento para juntar miles de copias de esas 170 obras, entre ellas El código Da Vinci, El Principito y Las flores del mal. El objetivo era acumular 100 mil libros.

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Todos los libros se meten en una funda de plástico para protegerlos de las caprichosas inclemencias del tiempo. Luego los fijan a la armadura que reproduce la obra maestra arquitectónica del siglo V antes de Cristo, pero no habrá ejemplares de Mein Kampf (Mi Lucha) de Hitler, que se ha quedado fuera del Partenón como todas las obras que incitan al odio racial.

[OBJECT]Algunos expertos en arte hacen muecas cuando pasan delante del Partenón por no ser una obra original. Hace 34 años, después de la caída de la junta militar argentina, la misma artista edificó un templo de libros para denunciar la censura impuesta por la dictadura.

En Kassel, el acopio de libros continuará durante el tiempo que dure Documenta, hasta el 17 septiembre. Luego se repartirán entre el público y se desmontará el monumento. El Partenón de los libros es un proyecto monumental pero inmaterial, concluye Pierre Bal-Blanc. “Desaparecerá como ha aparecido”, subraya.

Que en Documenta se eche mano a la Grecia antigua no es pura casualidad. Esta institución mundial del arte contemporáneo, que atrajo a 905 mil visitantes en 2012, se desplazó por primera vez este año a Atenas. Desde el 8 de abril, la capital griega, con su escena artística underground en plena emergencia, vive también al ritmo de las exposiciones, conciertos, películas y performances.


*Con información de AFP

AG

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