Cultura

El ajedrecista iluminado

Hombre de celuloide.

Pawn Sacrifice (La jugada maestra) pudo ser una gran película. El guión es bueno pero la dirección de Edward Zwick resulta mediocre. El principal logro del guionista consiste en recrear una historia en la que el ajedrez resulta emocionante en la pantalla. Por otro lado, el director permite que Tobey Maguire se sobreactúe como Bobby Fischer y que Liev Schreiber haga a un Boris Spassky que más parece rockstar que gran maestro de ajedrez.

La historia está construida en torno a la idea de Fischer de que el ajedrez es una “búsqueda de la Verdad”. La idea ahí está, pero no se ve reforzada por el director más que en los créditos finales. Aun así, quien quiera verla la encontrará desde el inicio cuando el pequeño Bobby sale de su habitación y, adormilado, se encuentra con su madre bebiendo y coqueteando con diversos rusos comunistas; la búsqueda está en el muchacho que pregunta ¿quién es mi padre? o cuando reproduce un juego que ha perdido e indaga cuál era la jugada próxima a La Verdad. Las averiguaciones de Fischer son auténticas guías existenciales para un hombre que de otra manera se hubiese vuelto loco. Creo (los guionistas parecen creerlo también) que Fischer no estaba tan loco como presume el gobierno que lo persiguió: el de Estados Unidos.

Ahora bien, la infancia y adolescencia de Fischer, lejos de conducirlo hacia su ego, lo lanzan a buscar certezas en un tablero de ocho por ocho. De aquí se desprende la intensa espiritualidad que tuvo el ajedrecista y que tampoco se explora mucho. Es por esto que molesta la imagen del cura que hizo de entrenador de Bobby Fischer: es una caricatura, un sacerdote para el que el vestir sotana no lo detiene para decir groserías y beber.

Pawn Sacrifice está más cerca del melodrama de Rocky Balboa que de una película como El árbol de la vida, a pesar de que su vocación es tan espiritual como la de ésta última. Creo que el director no entendió las profundidades de Fischer y con ello perdió la oportunidad de hacer una buena película sobre el ajedrez, un arte sobre el que no hay, hasta la fecha, ningún filme que en realidad valga la pena ver.

Otro tema que se queda suelto es que la búsqueda de la verdad se transforma en un cuestionamiento de la realidad existencial del oponente. Durante una entrevista, Fischer dice que lo más placentero del ajedrez es ver cómo se derrumba el ego del contrincante. Y es que a pesar de lo que uno podría creer, el ego de Fischer no solo no crece, se está derrumbando. Por eso le extraña que le aplaudan y, sobre todo, que en otra secuencia su oponente se levante para reconocer el juego que es considerado, hasta la fecha, el más elegante en la historia del ajedrez.

Mal dirigida, Pawn Sacrifice se limita a desarrollar el chisme de una partida que se volvió simbólica de la lucha entre los imperialismos de Estados Unidos y la Unión Soviética. Fischer hizo de aquella lucha algo mucho más profundo. No todos lo pueden ver. Porque no era un loco; Fischer era un iluminado.

Pawn Sacrifice (La jugada maestra). Dirección: Edward Zwick. Guión: Steven Knight basado en la historia de Stephen J. Rivele y Christopher Wilkinson. Con Tobey Maguire, Liev Schreiber, Peter Sarsgaard. Estados Unidos, 2014.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.