Cada año la muerte inaugura las fiestas de Yule, en Pictia.Durante los meses previos sus habitantes se preparan para una misma celebración:el solsticio de invierno. Al cumplir la mayoría de edad, el gobierno de Pictiale ofrece a todos los adultos la posibilidad de cumplir un deseo, con dosúnicas reglas: solo se permite elegir a otros humanos, también mayores de edad,y expresarse con una honestidad plena.
La Oficina de Justicia ha convertido los caprichos puerilesen necesidades, en deseos mortales y en un ejercicio catártico que haevolucionado en su ejecución lo mismo que los autores en su malicia yaprehensión. La nieve grisácea que congela el único río que abastece a lapoblación durante prolongados meses, el Clyde (mostrado en toda su majestad enla postal adjunta), ha nublado su juicio por el tiempo suficiente, cegandotambién su entendimiento de la clemencia. En Pictia el perdón se ha vueltoinexistente y el rencor es el único mecanismo que hace avanzar al tiempo.
Dentro de la Oficina existen diversos Departamentos a losque son encausadas las cartas una vez examinadas, entre ellos el deInvestigación, donde se valora el deseo en cuestión. El de Accidentes yPrevención propicia las circunstancias necesarias para lograrlo y evadircualquier tipo de responsabilidad. El de Suicidios asiste a la muertevoluntaria de cualquier interesado, apegado siempre a las normas legales yéticas.
Para asegurar el éxito al cumplir los deseos, se handesignado a tres hombres cubiertos por completo con ropas negras para realizarcualquier tarea con la mayor precisión y a la mayor brevedad posible. Todas lasdependencias tienen los recursos necesarios para actuar con libertad, e inclusoexiste el Departamento Legal y Jurídico. Cada uno cuenta con un consejo que estudia todos los casos yselecciona año con año los deseos más viables, aumentando indiscutiblemente la probabilidadde las cartas acompañadas por cheques o dinero en efectivo.
El Departamento de Venganza es uno de los más solicitadosdurante esta época. A escasos días de iniciar las celebraciones, ha superado demanera exorbitante las expectativas del año en curso recibiendo, por poco, latotalidad de la correspondencia. Entre esas cartas se encuentran, como cadainvierno, las escuetas, que expresan el simple deseo de la desaparición de otrapersona, pero también las extensas, que describen con detalles que rayan en loenfermizo cómo desean que sufra el objetivo en cuestión, qué utensilios o armasdeberán usarse e incluso qué debe hacerse con el cadáver. Hay también quienespiden que se registre por cualquier medio el procedimiento, material que se lesenvía como obsequio durante el transcurso del 25 de diciembre. Otros, mássentimentales, solicitan joyas, mechones de cabello, un globo ocular o algúndedo, siempre conscientes de que no pueden pedir algo que exceda lasdimensiones de la pequeña caja metálica asignada para este propósito.
Durante décadas, dicho Departamento ha recibido infinidad depeticiones: el corazón de una mujer ajena; la fidelidad (que, tras algunasinvestigaciones, se descubrió en el centro mismo del lóbulo occipital) oincluso la visita del espíritu o ectoplasma de algún ser amado, a pesar de laúnica regla existente. Lo peculiar es que gracias a contados médiums que nocesaban de realizar estas peticiones, se inauguró el Departamento deApariciones, donde se originaron entes que envejecen conforme lo hacen susfamiliares, un toque que los vuelve mucho más cercanos a los vivos al nopermanecer estancados en el tiempo como le sucede a los espectros comunes.
Conforme a la información anterior y en caso de que decidaacompañarnos en nuestras próximas fiestas, envíe su deseo a la misma direcciónpostal que aparece en la parte inferior izquierda de esta carta mientras tengaoportunidad. Bienvenido a Pictia y no olvide abrigarse bien.
*Lola Ancira (Querétaro, 1987). Es autora de Tusitala deóbitos.
Cada añola muerte inaugura las fiestas de Yule, en Pictia. Durante los meses previos sushabitantes se preparan para una misma celebración: el solsticio de invierno. Alcumplir la mayoría de edad, el gobierno de Pictia le ofrece a todos los adultosla posibilidad de cumplir un deseo, con dos únicas reglas: solo se permiteelegir a otros humanos, también mayores de edad, y expresarse con unahonestidad plena.
LaOficina de Justicia ha convertido los caprichos pueriles en necesidades, en deseosmortales y en un ejercicio catártico que ha evolucionado en su ejecución lomismo que los autores en su malicia y aprehensión. La nieve grisácea quecongela el único río que abastece a la población durante prolongados meses, elClyde (mostrado en toda su majestad en la postal adjunta), ha nublado su juiciopor el tiempo suficiente, cegando también su entendimiento de la clemencia. EnPictia el perdón se ha vuelto inexistente y el rencor es el único mecanismo quehace avanzar al tiempo.
Dentro dela Oficina existen diversos Departamentos a los que son encausadas las cartasuna vez examinadas, entre ellos el de Investigación, donde se valora el deseoen cuestión. El de Accidentes y Prevención propicia las circunstancias necesariaspara lograrlo y evadir cualquier tipo de responsabilidad. El de Suicidiosasiste a la muerte voluntaria de cualquier interesado, apegado siempre a lasnormas legales y éticas.
Paraasegurar el éxito al cumplir los deseos, se han designado a tres hombrescubiertos por completo con ropas negras para realizar cualquier tarea con lamayor precisión y a la mayor brevedad posible. Todas las dependencias tienenlos recursos necesarios para actuar con libertad, e incluso existe elDepartamento Legal y Jurídico. Cada uno cuenta con un consejo que estudia todos los casos yselecciona año con año los deseos más viables, aumentando indiscutiblemente laprobabilidad de las cartas acompañadas por cheques o dinero en efectivo.
ElDepartamento de Venganza es uno de los más solicitados durante esta época. Aescasos días de iniciar las celebraciones, ha superado de manera exorbitante lasexpectativas del año en curso recibiendo, por poco, la totalidad de la correspondencia.Entre esas cartas se encuentran, como cada invierno, las escuetas, que expresanel simple deseo de la desaparición de otra persona, pero también las extensas,que describen con detalles que rayan en lo enfermizo cómo desean que sufra elobjetivo en cuestión, qué utensilios o armas deberán usarse e incluso qué debehacerse con el cadáver. Hay también quienes piden que se registre por cualquiermedio el procedimiento, material que se les envía como obsequio durante eltranscurso del 25 de diciembre. Otros, más sentimentales, solicitan joyas,mechones de cabello, un globo ocular o algún dedo, siempre conscientes de queno pueden pedir algo que exceda las dimensiones de la pequeña caja metálica asignadapara este propósito.
Durantedécadas, dicho Departamento ha recibido infinidad de peticiones: el corazón deuna mujer ajena; la fidelidad (que, tras algunas investigaciones, se descubrióen el centro mismo del lóbulo occipital) o incluso la visita del espíritu oectoplasma de algún ser amado, a pesar de la únigracias a algunos investigadores se descubriad de peticiones:,como cada spechas._______________________________________________caregla existente. Lo peculiar es que gracias a contados médiums que no cesaban derealizar estas peticiones, se inauguró el Departamento de Apariciones, donde seoriginaron entes que envejecen conforme lo hacen sus familiares, un toque quelos vuelve mucho más cercanos a los vivos al no permanecer estancados en eltiempo como le sucede a los espectros comunes.
Conformea la información anterior y en caso de que decida acompañarnos en nuestraspróximas fiestas, envíe su deseo a la misma dirección postal que aparece en laparte inferior izquierda de esta carta mientras tenga oportunidad. Bienvenido aPictia y no olvide abrigarse bien.
*Lola Ancira (Querétaro, 1987).Es autora de Tusitala de óbitos.
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