Descubrir que el Teatro de la Ciudad, un lugar emblemático de la cultura en esta gran urbe, sirvió como escenario de la gimnasia artística una de las disciplinas de los Juegos Olímpicos de México de 1968, será una de las fotografías que sorprenderán a las nuevas generaciones que no presenciaron ese acontecimiento histórico.
La ciudad se volcó alrededor de la celebración de los Juegos de la XIX Olimpiada, que se desarrolló del 12 al 27 de octubre en México, con la participación de 112 países y 5 mil 516 atletas en 20 disciplinas deportivas.
Muchos de esos momentos quedaron capturados en una de las más de mil fotografías, que resguarda en su acervo el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) y que la facilitó 30 de ellas a Milenio para mostrar a sus lectores cómo se desarrolló ese acontecimiento deportivo.
Rafael Hernández Ángeles, subdirector de Evaluación del (INEHRM), explicó que "dentro de las fotografías poco conocidas destacan las imágenes de los braceros con motivos prehispánicos aztecas, cuya función era resguardaba la llama olímpica por la noche, cuando se detenía los deportistas para descansar".
Asimismo, describe, una imagen única y poco vista, que muestra el cambio de antorcha que se da en medio de un río, donde se aprecia los atletas nadando y cómo realizan este intercambio.
"Era tal el fervor de las Olimpiadas en México que hasta los empleados de la Villa Olímpica participaban de esta fiesta, se organizaron competencias en distintas disciplinas, siendo las de pista y campo las más llamativas".
La cultura presente
Como el presidente de los Juegos de la XIX Olimpiada era el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, la Olimpiada tuvo un marcado sello cultural, la cultura milenaria de México y ciudad por sí misma con sus monumentos y tradiciones, así lo permitían.
Por eso fue que dentro de la programación de apertura de estas justas deportivas se planeó, entre otras cosas, un acto en el Monumento a la Raza, edificado en 1940, que se encuentra en Avenida Insurgentes. Esta pirámide que mide 50 metros de altura, con un águila devorando una serpiente sirvió como uno de los espacios en los que la antorcha olímpica hizo una parada espectacular, refirió Rafael Hernández Ángeles, subdirector de Evaluación del (INEHRM).
"Así se puede observar en las fotografías que son parte del acervo que perteneció al periódico El Nacional, y que contienen momentos irrepetibles de estas justas olímpicas, como las ceremonias de entrega de medallas, las competencias, la vida cotidiana de los atletas".
Entre los documentos están las fotos de las celebraciones alternas como el enorme mosaico que se desplegó en el Zócalo capitalino con una imagen donde se mostraba, en toda su dimensión, la palabra Paz.
Son fotografías poco conocidas, subraya Hernández Ángeles, pero muy atractivas de ese momento, es decir, son imágenes que muestran otra óptica.
Las imágenes también representan los eventos de la llamada Olimpiada Cultural, ya que para él presidente del Comité organizador, Pedro Ramírez Vázquez, los jugos griegos no se limitaban a las competencias atléticas, sino también contemplaba certámenes artísticos.
En el acervo fotográfico se puede apreciar cómo se creó todo una imagen de los juegos de México 68, el propio Ramírez Vázquez creó el logotipo de la Olimpiada y el símbolo de la Paloma de La Paz, además de souvenirs, carteles, postales, timbres, uniformes, mobiliario urbano y hasta mascadas.
La Ciudad de México desplegó una enorme cobertura de los Juegos Olímpicos ya que el gobierno estaba muy interesado en dar mucha difusión, su interés era que se olvidara la Matanza de Tlatelolco por parte del ejército y el Batallón Olimpia, que atacaron a los estudiantes que estaban en una asamblea convocada por el Comité de Huelga del movimiento estudiantil del 68, la tarde del 2 de octubre.