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Las matrioskas de Glantz

Margo Glantz aprovecha para leer y se ocupa de descubrir historias dentro de otras que embonan a la perfección. 

Como ya lo ha hecho en anteriores ocasiones, Margo Glantz (Ciudad de México, 1930) recurre a la fragmentación narrativa para deambular por sus obsesiones literarias, gráficas y musicales. En su amena y lúcida forma de abordar el ensayo, la autora ofrece un libro abierto, integrado por reflexiones breves, pasajes de la memoria, registro oral, mapa intelectual.

Habría que recordar Saña, un libro que a muchos lectores les pareció un volumen raro, inclasificable, sin dejar de ser enriquecedor. Margo Glantz se siente cómoda cuando impera la brevedad en sus cavilaciones, recurre al uso de la primera persona, deambulan por sus páginas las referencias precisas para engarzar el tema que desea destacar y además cuenta con la habilidad para recuperar estampas del pasado. Todas esas medidas que le han funcionado, hacen que sus libros pertenezcan a la mejor estirpe del ensayo al estilo inglés.

En Saña, la autora insistía: “Una vez empezadas las cosas importantes, jamás deberían permanecer inconclusas. Basta ensañarse para lograrlo.” ¿Cuáles son esas cosas importantes en este libro? En primer lugar, los dientes. Todo lo que se relaciona con mostrarlos, higiene bucal, dolor, visitas al dentista, remedios. No sólo los dientes de seres humanos, también le interesan los colmillos de canes y, en particular, los llamados fangs de Drácula.

En segundo término se encuentran las artes plásticas, la música y la literatura. Pintores como Francis Bacon, Van Gogh, Picasso, Munch, son en quienes tiene puesto el ojo para hilvanar varios asuntos; Bach en diversas de sus partituras es convocado una y otra vez, así como Stoker, Poe, Benjamin y Graham Greene, entre otros. Por ejemplo, aquí trae a cuento que éste último en una de sus sesiones con el dentista que le extrajo una muela, para aminorar el dolor usó cloroformo. Y recuerda que los dientes han sido protagonistas en la narrativa de Thomas Mann y Chéjov.

Habría que reconocer la minucia de la escritora al recuperar la cita precisa, la referencia necesaria que da la pauta para abordar algo trivial y, a la vez, importante: la dentadura. ¿Qué significa soñar que se caen los dientes? ¿Cuántos de ellos se asoman en la boca de María Callas cuando canta ópera? ¿Por qué en El Grito, de Munch no se muestran los dientes?

¿Qué hace una escritora en la antesala del infierno, es decir, antes de que le toque su turno con el dentista? Margo Glantz aprovecha para leer y se ocupa de una serie de disertaciones que, acaso, podrían traducirse como la bitácora de una ensayista que no cesa llevar a la literatura el arte de las matrioskas: descubrir historias dentro de otras que embonan a la perfección.

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Mary Carmen Sánchez Ambriz
  • Mary Carmen Sánchez Ambriz
  • mcambriz@hotmail.com
  • Ensayista, crítica literaria y docente. Fue editora de la sección Cultura en la revista Cambio.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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