Ahí estaban dos de los cuatro hijos de Juan Rulfo, Juan Pablo y Juan Carlos, en el escenario principal de la Fiesta del Libro y la Rosa, organizada por la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, para hablar de una faceta más íntima del escritor jalisciense.
“La conciencia de la cercanía con un creador de esas dimensiones te da una relación con la vida muy fuerte y muy responsable; lo que uno intenta es hacer honor a ese regalo tratando de vivir con respeto, con honestidad, con sencillez y con mucho orgullo”, comentó Juan Pablo en una sesión que sirvió para adelantar la serie documental 100 años con Juan Rulfo, en el que ya trabaja su hermano Juan Carlos.
Fue una mesa que sirvió para tener una mirada diferente del escritor, una personalidad ambivalente entre el aquí y el otro, “entre verlo físicamente y tratar de adivinar en dónde estaba todos los días”, en palabras de Juan Pablo durante un conversatorio guiado por Benito Taibo, en donde se recordó que Rulfo “comía ligero, viajaba ligero y vivía ligeramente”, hasta la discreción que lo definía.
Pablo habló sobre un manuscrito en el que trabajaba el literato, bajo el título de La cordillera, que él mismo ordenó destruir.
“Cuando murió su secretaria nos comentó que sí existió, que incluso ella le ayudó a pasarlo a máquina, y en un momento él le pidió que lo destruyera en su presencia. Le dijo: ‘Destrúyala enfrente de mí’, y hoja por hoja la fue rompiendo”.
La serie documental estará integrada por siete capítulos y será entrenada el próximo 16 de mayo, durante una ceremonia en el Hospicio Cabañas, en Guadalajara, en la que se abordará desde la creación de El llano en llamas, las distintas formas de interpretación de Pedro Páramo, hasta sus representaciones cinematográficas y el trabajo que desarrolló en el Instituto Nacional Indigenista.
No hay rompimiento
Para Juan Pablo y Juan Carlos la polémica generada alrededor de las diversas actividades de homenaje al escritor son más un escándalo mediático, y no existe la intención de censurar algún acto, como sucedió con la cancelación de la presencia del director de la Fundación Rulfo, Víctor Jiménez, en este encuentro.
“Ha habido un problema de los medios al aprovechar una situación equis para poder exacerbar una situación que no es real. Por eso estamos aquí, para demostrar que no hay diferencia alguna ni familiar ni con la fundación, ni en contra de la UNAM. Lo importante es mi padre y su obra”.
Juan Pablo reconoció que la protesta de la fundación por la inclusión entre las actividades de la presentación del libro de Cristina Rivera Garza Había mucha neblina o humo o no sé qué se debió a que, a su parecer, se trata de una “obra ambigua en cuanto al tema de una creación personal, y toma una serie de elementos que son realmente banales y buscan crear una imagen disminuida de mi padre”.
Aseguró también que la presencia de él y de Juan Carlos en esta Fiesta no significa rompimiento alguno con el director de la Fundación, Víctor Jiménez, cuyo “trabajo ha sido extraordinario”, según expresó.