En la rectoría de la Universidad del Claustro de Sor Juana despacha Carmen Beatriz López Portillo Romano, la mujer que tuvo el tesón de luchar por la recuperación de uno de los espacios históricos más emblemáticos de las letras de este país, el ex convento de San Jerónimo, donde Sor Juana Inés de la Cruz dio sus mejores obras que enriquecen a las letras del mundo de habla hispana, para convertirlo en un espacio de enseñanza de excelencia.
Carmen Beatriz es hija del ex presidente José López Portillo (1976-1982) y de la pianista Carmen Romano, quien fue la impulsora de la internacionalización del Festival Internacional Cervantino, tras lograr posicionarlo como el encuentro artístico y cultural más importante de este país y uno de los cinco mejores del mundo.
Carmen Beatriz estudió la licenciatura en derecho en la Universidad Autónoma Metropolitana y la maestría en historia en la Universidad de la Sorbona, en París, y es parte de ese 10 por ciento del total de mujeres que ocupan la rectoría de una universidad.
En su oficina, decorada con muebles que trajo de su casa, porque aquí pasa la mayor parte del día, Carmen Beatriz se muestra satisfecha con lo que ha logrado: posicionar a la Universidad del Claustro como una de los recintos de educación superior con un gran prestigio.
En 2015 la Secretaría de Educación Pública dio a conocer que este centro educativo está en un grupo selecto de 17 instituciones particulares de educación superior y, apenas hace unos días, la SEP reconoció a su programa de gastronomía como uno de los cinco mejores del país.
Carmen Beatriz, participante del foro Mujeres que Dejan Huella organizado por Grupo MILENIO, se asume como una mujer en construcción, como un ser humano tan complejo como todos, con sus lados luminosos y oscuros.
“Soy una mujer con enormes privilegios, me siento bendecida por la vida porque he tenido la enorme fortuna de formarme, de trabajar en lo que me gusta, de tener una familia, de tener un par de hijos maravillosos, Rafael y Leonora, así como un par de nietos que me traen loca de la felicidad. Soy un ser humano comprometido con mi país, que mis padres me enseñaron a amar. Me compromete el ejemplo de la vida y la obra de Sor Juana, que es un personaje maravilloso, de quien promuevo su estudio, investigación y rescate”.
Le preocupa la condición de las mujeres, pero también la situación que se vive en México, la cual, precisa, refleja una cruda realidad: “la de 40 millones de pobres, 27 por ciento de ellos, viviendo en pobreza extrema”.
Sostiene que si bien la situación de la mujer ha mejorado con el acceso a la educación, “lo que se ha venido normalizando es una situación de inequidad, de desigualdad y de violencia hacia las mujeres, el índice de feminicidios es verdaderamente alarmante en nuestro país”.
Ofrece cifras que hablan de la realidad de la sociedad en nuestro país, dice que “90 por ciento de las mujeres que viajan en transporte público sufren de algún tipo de acoso, una vez al mes, 40 por ciento; 80 por ciento, una vez a la semana”.
Desde su trinchera, que es la formación y educación de los estudiantes universitarios, Carmen Beatriz indica que los seres humanos se forman, sin duda, a través del ejemplo.
“Cuando yo era niña estaba profundamente enamorada de mi profesor de sexto año de primaria que se llamaba Guillermo Carrillo Díaz, era mi ejemplo de vida, me decía: ‘yo quiero ser alguien como él, una mujer que eduque, que sepa formar’”.
Por lo que este foro organizado por Grupo MILENIO le parece un acierto, ya que, en su opinión, permite presentar al público la vida y la obra de aquellas personas que son ejemplares, que pueden inspirar a otros, como le sucedió a ella con su profesor.
“Cualquier espacio de reflexión y de diálogo es bienvenido, creo que la educación se da como un acto de esperanza, porque si educas puedes cambiar algo de la realidad. Estos foros lo que hacen es poner ante la gente posibilidades de formas de ser, de formas de vida.
Ofrecen, desde su perspectiva, un abanico de posibilidades, un abanico de seres que pueden inspirar, al ser ejemplos de vida.